El ataque informático con el ransomware WannaCry parece que definitivamente ha despertado a muchos, de su dulce sueño de una red de «unicornios y arco iris». Entre estos nos encontramos a muchos políticos, que alejados de la realidad informática y de internet, se atreven a aventurar propuestas. La consigna está clara: hay que aprovechar los minutos de telediario que ocupan estas noticias que dicho sea de paso, pronto se olvidan. La más comentada ha sido la del Partido Popular en España, que propone crear una reserva de expertos informáticos. Se trataría de una grupo de élite voluntario y bajo el mando de las autoridades competentes, que literalmente y usando una figura de bombero, se deslizaran por la barra para socorrer la internet.
Por desgracia para muchos, la figura del becario-experto en el mundo de la seguridad no suele ser habitual. En primer lugar, los salarios en las áreas de seguridad informática suelen ser de los más altos del sector, así que es dudoso que muchos profesionales opten por el servicio público voluntario, antes de dedicarse a tiempo completo a un trabajo bien remunerado y de alta responsabilidad. Son muchas las oportunidades en el ámbito profesional, dentro y fuera de España como para decidirse a cumplir un deber patriótico. Precisamente de esto anda también escasa España. En otros países la figura patriótica tiene mucho sentido (Israel, EEUU) y existe una tradición de servicio público. Pero en España, décadas de desencanto con la situación política y la ausencia de una sociedad civil robusta, son pruebas de que una llamada al servicio público desinteresado es complicada.
Más que una reserva de ciberguerreros patriotas y en nómina, urgen más recursos para que profesionales de la informática puedan ganarse la vida honradamente con su trabajo. Existen muchos profesionales que estarían encantados de dedicarse a estas tareas, si con eso también pudieran vivir (aunque ganando menos). Contrariamente a lo que se piensa la seguridad no es solo trabajo para expertos. Cada uno de los usuarios de un móvil y una computadora deberían ser conscientes de los riesgos que se corren.