Este episodio del podcast trata de los AdBlockers o bloqueadores de anuncios. El crecimiento en el número de usuarios de estos complementos va en aumento y pone en jaque a un modelo que confía en la publicidad para ofrecer contenidos gratuitos en la red. Aunque muchos editores y generadores de contenido hayan explorado alternativas para financiar sus proyectos, la realidad es que la publicidad todavía supone la mayor parte de ingresos.
AdBlock Plus y su programa de Anuncios Aceptables
Recientemente uno de los bloqueadores de anuncios más famosos, el alemán AdBlock Plus ha suscitado una fuerte polémica en la red, al anunciar sus intenciones de ampliar su programa «Anuncios Aceptables». El sistema, que no es nuevo, consiste en mantener una lista blanca de anunciantes, cuya publicidad será permitida por el complemento de bloqueo, siempre y cuando compartan sus valores y, por supuesto, parte del pastel económico generado por la publicidad.
La paradoja de que un bloqueador de anuncios, permita ciertos anuncios y que sólo ellos lo decidan sorprende bastante y causa malestar. Además por si fuera poco, esto pondría al bloqueador al mando de un mercado necesario para la supervivencia, ya no de los anunciantes, sino de las grandes empresas de internet.
Otro caso muy sonado fue de otro bloqueador llamado Ghostery, que directamente extraía la información de sus propios usuarios para vender la información a los mismos que intentaban bloquear.
Consecuencias del crecimiento de los bloqueadores de anuncios
De todo esto se pueden extraer interesantes conclusiones. La primera es que el modelo de contenidos gratuitos en la web es imposible sin publicidad. La segunda es que existen muchos usuarios que entienden esto perfectamente. Admiten que la publicidad es un, bueno un mal necesario. Un peaje al consumo gratuito de contenidos, que no hace mucho tiempo costaba dinero leer o consumir. La tercera es que los anunciantes deben de plantearse la manera en la que llegan a su potencial audiencia.Las prácticas de abuso publicitario indiscriminado han producido que muchísimos usuarios de la web, opten por instalar estos complementos en sus navegadores. Dicho de otro modo, los anunciantes se lo han buscado.
Es indudable que los bloqueadores de anuncios han supuesto un mazazo duro. Una consecuencia lógica es que el rendimiento de los anuncios caen y que, por supuesto, haya que poner más leña en la hoguera de los anuncios. Más gente instala bloqueadores, más anuncios toca poner, lo que genera más ruido y más confusión.
En busca de un complicado equilibrio entre anunciantes y usuarios
Al final parece que para acabar con la guerra entre anunciantes y bloqueadores, habría que llegar a un término medio. Admitir que la publicidad es la sangre necesaria para el contenido gratuito en la red, implicaría que los anunciantes hicieran lo correcto. Mostrar publicidad sin abuso y con conocimiento. El que parece que está manejando bien el asunto es Facebook que se ha dado cuenta de que buscar un equilibrio entre contenido y anuncio es la mejor forma de no molestar a su principal producto: el usuario. Facebook parece busca llevarse bien con los bloqueadores, y lo hace buscando la raíz del problema. Si limita la cantidad de anuncios y lo hace con una experiencia que está en línea con lo que busca el usuario, conseguirá mejores resultados que haciendo una guerra complicada de ganar.
Ahora mismo se puede decir que los bloqueadores de anuncios van ganando la partida. Quitando las salidas y las búsquedas de ingresos de muchas de estas plataformas, existen iniciativas interesantes para limitar la exposición indiscriminada a anuncios. Entre las que se tratan están Do Not Track, Better y Ublock Origin.