Instagram a diferencia de Facebook es cool. Con unos números que causan vértigo, 600 millones de usuarios activos en todo el mundo, Instagram es la red social con mejores datos. Crece, introduce cambios y convence tanto a usuarios como a marcas.
Tras la compra de 1000 millones por parte de Facebook es indudable que la empresa perdió algo de atractivo y de capacidad innovadora. A finales de 2015 Instagram y Facebook, vieron en la pujante Snapchat, un modelo de ideas innovadoras que a falta de comprar, se podían sencillamente copiar. La reinvención de Instagram se ha basado en una aplicación magistral de las novedades introducidas por redes como Snapchat. Pero la historia la escriben los vencedores y así la industria adorna la gloriosa reinvención de Instagram, como una genialidad. Una chispa urdida en las mentes brillantes de los CEO, como Kevin Systrom, que son capaces de vislumbrar cambios, cuando lo que realmente hacen es copiar.
La innovación en internet es cada vez más complicada fuera de los inmensos recursos de las grandes compañías
El caso de Instagram y su cacareado renacimiento también viene a recordarnos una inquietante realidad: y es que la innovación en internet se está resintiendo. Los gigantes de internet aplican la fuerza bruta para generar nuevos productos que en otras condiciones solo empresas jóvenes y disruptivas son capaces de proporcionar. La concentración de capital y recursos cada vez es más acusada en internet y esto provoca que cada vez sea más difícil introducir proyectos innovadores fuera de la esfera de las grandes empresas de internet.